Con actividades desde principio de mes, esta semana empezarán los preparativos para la cremá, que se realizará el sábado 25. Un ninot representando al principal insecto transmisor del dengue será el atractivo principal.
Como todos los años, la plaza Colón se prepara para vivir una de las festividades más convocantes de marzo. Con actividades desde principios de mes, la Unión Regional Valenciana comenzó con los preparativos para la primera cremá, luego de que las Fallas Valencianas hayan sido declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Caracterizadas por tratar temáticas actuales con el objetivo de interpelar al público y realizar un “llamado de atención”, el monumento fallero de este año llevará el título: “Ciudad vs. Basura, ¿Por quién apostamos?”, el cual, como lo establece la tradición, será quemado el sábado 25, por la noche.
Desde la mesa encargada de designar el tema señalaron que la decisión fue “difícil”, pero optaron por hacer énfasis en “una ciudad colapsada por la basura”.
“Se van a poder ver edificios, el mar y la escollera desbordados por la basura, una ciudad que ni los marplatenses ni los turistas cuidan. Incluso se tratará el tema del dengue y las ratas como parte importante de las pestes”, adelantó Adrián Más a LA CAPITAL, uno de los principales artistas falleros responsables del armado.
La importancia colocada en las enfermedades causadas por la acumulación de residuos es tal que la figura principal será un aedes aegypti, el principal mosquito transmisor del dengue. “El mayor de los peligros hoy en día”, señaló Más. Entre las alternativas que alcanzaron las últimas instancias del proceso de selección estaba la idea de construir un monumento con cuentos infantiles como Pinocho, donde se colocará el eje en las mentiras. También sobrevoló la posibilidad de hacerlo sobre el fútbol y la pasión que éste despierta, en la casa de todos los argentinos.
Gracias al trabajo de cuatro artistas, más la colaboración de personal municipal, este miércoles comenzará construirse el muñeco en Plaza Colón, junto al clásico puesto de buñuelos ubicado en Arenales y la costa.
Los efectos de “La grieta”
Históricamente los monumentos falleros se destacaron por sus fuertes críticas hacia el poder político. En la memoria de marplatenses y turistas, aún se mantienen frescos los recuerdos de los monumentos de fines de los noventa donde la corrupción, los recortes en las jubilaciones y el descontento social se hacían presentes en la elección de los muñecos.
De todas maneras, de un tiempo a esta parte, si bien las temáticas elegidas siguieron haciéndose eco de reclamos sociales, la política dejó de ser considerada eje central del espectáculo.
Según explicó Más, esto se debió a que “la grieta es demasiado grande para ambos lados” (oposición-oficialismo), y a que “la gente está muy susceptible”.
“Mi abuelo fue durante 35 quien hizo las fallas y hasta fines de los 90 se hablaba directamente del problema del día a día. De hecho si uno hace un raconto de todas las fiestas que hizo él hay muchos carteles y temas que se repetían todos los años, y era todos los años lo mismo: el tema de los jubilados que cobraban poco, o que no llegaban a fin de mes”, recordó.
De todas maneras, actualmente eligen “temas que sean criticables de la realidad, pero cuestiones generales”, ya que quieren que “nadie se sienta afectado” por tomar cuestiones que “generen discordia y polémica”.
Patrimonio cultural
Adrián Más es tercera generación de artistas falleros, por lo que la primera fiesta luego de que las Fallas Valencianas sean declaradas patrimonio cultural por la Unesco tienen una importancia especial.
“A nivel personal, es algo muy grande y un orgullo”, indicó, aunque lamentó que esto no se vea reflejado en la ciudad.
“Lamentablemente la fiesta no está radicada completamente en Mar del Plata. La gente ya conoce y la entiende como una tradición pero muchas veces no saben de dónde viene y les parece lo mismo la fiesta de San Juan, la quema de las brujas de otras zonas o mismo la fiesta de La Plata donde también queman muñecos, y no es así”, enfatizó.
En diciembre del año pasado, el Comité Intergubernamental aprobó la entrada de la festividad en el listado del Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
Las originales fallas valencianas fueron valoradas como una expresión de “creatividad colectiva” que “salvaguarda las artes y oficios tradicionales”. Sus esculturas satíricas creadas por artistas locales fueron vistas como favorables para “la comunicación y el diálogo entre los ciudadanos”.
Orígenes
En palabras de Más, las razones principales de la fallas nacen de la despedida del invierno en el país de origen de la fiesta, España y más específicamente en la comunidad sureña de Valencia.
Los muñecos, entonces, representan todo lo malo ocurrido durante la época más fría del año y su quema “genera una purificación y el lugar a un nuevo comienzo”.
La cremá, como se denomina la práctica de incendiar el monumento, anuncia la festividad del día de San José, patrón de los carpinteros, trabajadores que iniciaron la tradición.
Según cuenta la historia, todos los elementos que sobraban del invierno en los talleres eran quemados en una “hoguera purificadora” que anunciaba la entrada de la primavera.
Así, las mejoras en las condiciones climáticas parecían augurar situaciones positivas en el resto de las actividades de los trabajadores.
Con el correr del tiempo, la tradición fue aggiornándose a los tiempos actuales, tomando reclamos contemporáneos como manera de reflejar los males que aquejan a la sociedad y la voluntad de la sociedad de revertirlos.